Caso Faffe

El ex alto cargo de la Junta socialista admite el gasto público en prostíbulos: «Sólo fui diez veces»

Fernando Villén
El ex director de la Faffe, Fernando Villén (d), a su llegada al juicio celebrado en la Audiencia de Sevilla (EUROPA PRESS).
David García de Lomana

La Audiencia de Sevilla ha arrancado este lunes, un día después de las elecciones municipales en Andalucía, el juicio con jurado popular al ex director de la Faffe, Fernando Villén, y la ex directora económica financiera de la entidad, Ana Valls, por los pagos en clubes de alterne con tarjetas bancarias de la Faffe, perteneciente entonces a la Junta socialista de Andalucía.

La Fiscalía Anticorrupción pide para ellos seis y cuatro años de cárcel, respectivamente, por un presunto delito continuado de malversación de caudales públicos, en concurso con un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público.

En esta primera sesión ha comparecido ya como acusado Fernando Villén, que a preguntas del fiscal Fernando Soto, delegado en Sevilla de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, ha reconocido un «uso indebido» de la tarjeta de la Faffe y ha mostrado su «arrepentimiento» por haber pagado con ella en locales de alterne de Sevilla y Cádiz, alegando que aquello ocurrió sólo en «diez ocasiones» de los «más de 2.700 días» que estuvo al frente de la entidad. «Cuando uno está en un local de esos, uno toma copas y eso afecta a las facultades», ha manifestado.

Conflictos familiares

Villén ha encuadrado estas prácticas en la necesidad de «no alarmar» a su familia, para «evitar una situación complicada en casa».

No obstante, ha defendido que en todo momento supo que, por todos aquellos usos «indebidos» de la tarjeta para gastos «injustificables», «tenía que devolver» el dinero a la Faffe, extremo que según ha afirmado hizo «siempre». «Siempre fui consciente de que el uso indebido de la tarjeta me reclamaba a mí la reposición del gasto», ha asegurado en varias ocasiones.

Es más, Villén ha defendido que estas prácticas no se tradujeron en «costes» reales para la Faffe, porque los «gastos» pagados con la tarjeta de la entidad en prostíbulos eran «anulados» con ingresos que él aportaba para suplir tales fondos de su propio bolsillo. Según ha dicho, él entregaba a Ana Valls, como directora financiera de la Faffe, el dinero a reponer, y sin conocer, según ha dicho, los motivos por los cuales no consta recibo de tales entregas. «Yo confiaba totalmente en el rigor de Ana», ha declarado mientras se encogía de hombros.

El fiscal Fernando Soto le ha preguntado especialmente por 14.737 euros entregados en efectivo al responsable del club de alterne de Sevilla Don Ángelo. Villén ha reconocido que tras cargar ese gasto a la tarjeta de la Faffe con 15 pagos, fue detectada una incidencia en la Administración porque la tarjeta estaba inicialmente limitada a un pago máximo de «3.000 euros» por día.

Por eso, según ha señalado, optó por resolver el asunto pagando «en metálico» y recurrió a «un préstamo» solicitado a un «amigo» suyo que entonces contaba con «buenas finanzas». Ese dinero en efectivo, según ha admitido, lo entregó a su chófer oficial de la Faffe para que este pagase al dueño del local y restituir en consecuencia el cargo inicialmente aplicado a la tarjeta. «Era una solución», ha indicado respecto a la incidencia planteada ante el «tope» de 3.000 euros de la tarjeta.

Es más, Villén ha asegurado que él devolvió a ese «amigo», cuyo nombre ha concretado a petición expresa del fiscal, los más de 14.000 euros solicitados como préstamo y que contaba con liquidez para las reposiciones de dinero que ha asegurado haber acometido con relación a los pagos con la tarjeta.

«Ese dinero se devolvió», ha insistido, manifestando de otro lado que el gasto de más de 2.500 euros en un almuerzo en la Feria de Sevilla con cargo a la Faffe derivó de que tras un año 2007 «infernal» de trabajo y un ejercicio 2008 en los mismos términos, dijo a Ana Valls que la plantilla de la entidad merecía «una distensión» en la Feria hispalense. «Había mucha gente», ha dicho con relación a aquel almuerzo en una caseta, admitiendo que todo fue pagado «en efectivo».

No obstante, Villén ha alegado no «recordar» o conocer los detalles «concretos» al ser interrogado por el fiscal sobre «viajes, facturas o anticipos inexistentes» orquestados supuestamente entre él y la directora financiera de la Faffe para «ocultar» estas prácticas. «No lo sé exactamente», ha manifestado en algunas ocasiones, asegurando insistentemente que «siempre» devolvió a la Faffe el dinero del «uso indebido» de la tarjeta en prostíbulos y que Ana Valls puede «responder mucho mejor» a esas cuestiones.

Especialmente, Villén ha enfatizado su «grado de arrepentimiento» por estos hechos. «He pedido disculpas en varias ocasiones. Arrastro un deterioro de mis relaciones personales, sociales y familiares y toda una depresión. Siento un arrepentimiento muy grande», ha aseverado el acusado.

Fernando Villén, recordémoslo, figura además como investigado en la pieza de esta macrocausa correspondiente a la contratación en la Faffe del exalcalde socialista de Lebrija (Sevilla) Antonio Torres García, de manera «injusta y arbitraria», de modo contrario a los principios de igualdad, mérito y capacidad y por la sola «afinidad y vinculación personal y política» entre ambos; siendo además investigado por la «contratación irregular, injusta y arbitraria» del concejal de Dinamización Cultural y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera (Cádiz), el socialista Francisco Camas.

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